A veces los niños se enfadan por cualquier cosa que no les gusta, les cuesta aceptar los límites, y tienen reacciones excesivas de ira. Los niños al igual que los adultos, tienen que aprender a aceptar los límites que se les exigen desde fuera, así como a regular emociones negativas como la ira, que si no se manejan adecuadamente pueden volverse excesivas y ocasionar reacciones desproporcionadas hacia el entorno. El psicólogo infantil orienta a los padres sobre cómo afecta lo que ellos hacen sobre la conducta de los niños, analizando la dinámica que se ha establecido en la familia. Con el niño, el psicólogo trabaja analizando las reacciones de ira e impulsividad, enseñándole estrategias para manejarlas y dar respuestas más adecuadas.
Problemas de relaciones sociales.
Las relaciones sociales son una parte muy importante en la vida de los niños. En la escuela y en otros entornos en los que se encuentran con sus iguales o con adultos, los pequeños deben aprender a interaccionar dando respuestas adecuadas socialmente, así como desarrollar su percepción social, áreas que se aprenden en gran medida de manera implícita. Los niños que se muestran más tímidos o retraídos presentan dificultades para desarrollar todas estas habilidades. En estos casos el psicólogo infantil hace un estudio de las situaciones en cuales el niño tiene problemas para relacionarse, y entrena a este primero en la consulta, y después poniéndolo en práctica en situaciones naturales, siempre con la ayuda de los padres, mostrándoles pautas de actuación cuando sea necesario.
Las rabietas son conductas que los niños han aprendido a utilizar para conseguir lo que quieren o cuando no aceptan los límites que les imponen los adultos del entorno. Muchas veces cedemos ante las peticiones del niño para evitar ese malestar que generan. De esta manera estamos fomentando que en el futuro cuando quieran conseguir algo repitan la rabieta.
Un psicólogo infantil puede ser de gran ayuda en el aprendizaje de los límites y las normas, no sólo para lograr una mejor convivencia y unas relaciones saludables con el entorno o con sus iguales, sino también para que el pequeño aprenda a autocontrolarse y a regular sus necesidades, a posponerlas, etc. Todo este trabajo es fundamental para el adecuado desarrollo de los niños.