Cada etapa de la vida cuenta con un ámbito de experiencia particular y con una serie de necesidades también característicos. Las circunstancias vitales son un condicionante importante de estas necesidades, por lo que no podemos olvidar que una terapia psicológica deberá tener en cuenta a aquéllas. A veces la soledad o la falta de actividad a partir de cierta edad se convierten en una fuente de malestar para la persona. Desde la terapia psicológica se puede dotar al individuo de estrategias y habilidades para mantener un estilo de vida más activo tanto física como mentalmente, así como de técnicas para afrontar las situaciones difíciles que puedan presentarse. Una terapia psicológica también puede ayudar a la persona a encontrar fuentes de satisfacción personal y llevar a cabo conductas de acercamiento a estas.

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